No te desanimes

23 de octubre de 2009

No te desanimes, no te pares en el primer peldaño de la ascensión. Si te asalta la duda, si la tristeza golpea a tu puerta, si te hiere la calumnia, levanta la cabeza con coraje y contempla el cielo luminoso y tranquilo. Aunque esté cubierto de nubes, tú sabes que éstas pasarán, y que el cielo volverá a ser despejado.

Sigue adelante, porque todas las nubes de la existencia también pasarán y brillará de nuevo el sol de la alegría.

El minuto que estás viviendo ahora, es el más importante de tu vida, donde quiera que te encuentres. Presta atención a lo que estás haciendo. El ayer ya se fue de tus manos. El mañana todavía no llegó. Vive el momento presente, porque de él depende todo tu futuro.

Procura aprovechar al máximo el momento que estás viviendo, sacando toda la utilidad que puedas para perfeccionarte siempre más. No todo lo que nos cansa y nos hace sufrir es, forzosamente, un mal. Cuando los hermanos de José lo vencieron, lo que parecía un mal se convirtió en un maravilloso bien, pues le dieron la oportunidad de llegar a ser gobernador de Egipto.

Ten confianza en el Padre que sabe sacar el bien de lo que nos parece mal. ¡No desesperes! Confía y sigue adelante.

No te dejes abatir por la tristeza. Todos los dolores terminan. Espera que el tiempo, con sus manos llenas de bálsamo, traiga alivio. La acción del tiempo es infalible y nos guía suavemente por el camino seguro, aliviando nuestros dolores, así como la brisa suave mitiga el calor del verano.

Antes de lo que supones, tendrás una respuesta al consuelo que necesitas. ¿Te has acordado de agradecer a Dios por el aire que respiras, desde que naciste, sin que te haya faltado jamás? El aire está siempre a tu disposición, gratuitamente. Agradece también a Dios por el agua que te quita la sed, por el sol que te ilumina el día, dándote la oportunidad de trabajar; por la noche que te proporciona el reposo; la salud, la alegría, los amigos...

La gratitud es una obligación que no debemos olvidar jamás.

¿Porqué no dejar de ver lo que falta y poner nuestra atención y agradecimiento en lo que tenemos?

Es una manera de dejar de darle fuerza a lo negativo y transportar nuestras energías hacia lo positivo. Esa es la forma en que lo positivo se agranda y lo negativo se empequeñece. Es abrir el canal para que la abundancia divina descienda sobre ti. Y la abundancia no es solo material. Bendecir es multiplicar.

Y nunca temas perder lo que tienes, el temor es lo contrario al amor y abre la puerta a lo negativo. Simplemente bendice y agradece lo que el Padre puso a tu disposición en esta vida, para tu uso. Bendice y Agradece, es la clave de tu éxito.

Autora: Azucena Banegas.

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