Llegó un aprendiz preguntando a su maestro... ¿Cuál es la diferencia entre meditar y rezar?
El monje maestro le dijo como respuesta: “ ¿Quieres meditar? ”
- Entonces –dijo el monje- siéntate.
- Ahora cierra los ojos –indico el monje-.
- Ahora respira relajado y concéntrate en observar tu respiración.
Mientras el monje daba las indicaciones, El monje no sólo no explicó la diferencia entre rezar y meditar sino que de buenas a primeras sentó a un interno con problemas mentales a cerrar los ojos y respirar.
Si bien eso es básico en la meditación, el aprendiz comenzó a respirar.
Noté que no pasaron 30 segundos y él se agitó, comenzó a sudar. Repentinamente abrió los ojos y sacudió la cabeza.
- ¡No puedo! –dijo angustiado-.
- Respira –insistió el monje.
El aprendiz intentó seguir respirando, pero sólo aumentó su sudor y su agitación. Estaba desesperado.
Abrió los ojos y con el rostro descompuesto le gritó al monje “Pero cuál es la diferencia entre rezar y meditar! ”
El monje, no muy sabiamente le dijo:
- “Meditar es más profundo, ahora cállate y respira! ”.
¿Y la diferencia entre rezar y meditar?
Es muy simple y hermosa.
Tú rezas y le hablas a un Dios que está fuera de ti.
Tú meditas y sientes dentro de ti la presencia de Dios. Allí no hay distancias.
Allí en la más íntima y amorosa comunicación, todo ocurre.
Y la meditación surge de la nada , solo es acercarnos en lo profundo en nuestro interior.
Autor desconocido (si tú lo conoces, escríbenos y haznosolo saber a pintaelparaiso@gmail.com).
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