¿Quién soy?

25 de noviembre de 2010
¿Qué eres? le pregunté.

¿Qué voy a ser? me dijo. Es evidente lo que soy.

Dime, por favor, le dije, ¿qué eres sin referirte a tu nombre, a tu cuerpo, a tu familia, a tus cualidades...?

El me miró, quedó pensativo y me dijo: Me estás quitando todo.

No te quito nada, le dije. Nada de eso que te he nombrado eres tú.
Fíjate que cuando hablas dices: mi cuerpo, mis pensamientos, mis cualidades...
Quiere decir que existe un poseedor y unas cosas poseídas.
Tú eres el sujeto poseedor.
Tu cuerpo es algo que Tú posees.
Tus ideas, tus cualidades, tus sentimientos... son algo que tienes o puedes dejar de tener.
Eso quiere decir que el poseedor es antes y aparte de todo lo poseído.
El poseedor es un ser independiente de lo poseído.
El poseedor no cambia.
Cambian sus posesiones.
Pero él es siempre el mismo.
Mientras lo poseído está en constante cambio, el poseedor es el que ve y observa todo lo que va cambiando.

Tú eres la conciencia luminosa que Ve y observa.

Para llegar a tener la intuición clara y evidente de que eres ESO, esa luz conciente y amorosa, has de desidentificarte de lo que no eres, es decir, de tu cuerpo, de tus pensamientos, de tus cualidades y cosas.
Cuando quites lo que no eres, quedará lo que eres.

Es tan fuerte y profunda la creencia de que somos nuestro cuerpo con nuestras ideas, que resulta muy difícil convencernos de lo contrario.

Pero esta convicción puede llegar a través de una observación sincera y profunda.

Nunca quedándonos con las creencias superficiales que siempre hemos tenido.

Tu nombre es una palabra.
Tus ideas son contenidos de la mente.
Tu cuerpo está en constante cambio mientras tú permaneces el mismo.

Repítete constantemente la pregunta ¿quién soy?
¿quién es el que come, quién el que camina, el que ama, el que piensa, el que trabaja...?

Esa pregunta debe estar siempre resonando en ti.
Ese es el método simple, sencillo pero práctico.
Pregúntate siempre ¿quién soy?

Un día aparecerá la luz, aparecerás tú que eres luz y desaparecerán las tinieblas de lo que no eres.
Te darás cuenta de que eres el testigo de todo cuanto ocurre en ti, de todo lo que haces y percibes.
El testigo permanente, inalterable, divino, eterno.

Autor: Darío Lostado (Hacia la verdad de ti mismo)

2 respuestas diferentes a la misma pregunta

8 de noviembre de 2010
Había una vez un anciano que pasaba los días sentado junto a un pozo a la entrada del pueblo.

Un día, un joven se le acercó y le preguntó:

- Yo nunca he venido por estos lugares... ¿Cómo son los habitantes de esta ciudad?


El anciano le respondió con otra pregunta:

- ¿Cómo eran los habitantes de la ciudad de la que vienes?


- Egoístas y malvados, por eso me he sentido contento de haber salido de allá.

- Así son los habitantes de esta ciudad, le respondió el anciano.

Un poco después, otro joven se acercó al anciano y le hizo la misma pregunta:

- Voy llegando a este lugar. ¿Cómo son los habitantes de esta ciudad?

- ¿Cómo eran los habitantes de la ciudad de donde vienes?

-Eran buenos, generosos, hospitalarios, honestos, trabajadores.

Tenía tantos amigos que me ha costado mucho separarme de ellos.

- También los habitantes de esta ciudad son así, respondió el anciano.

Un hombre que había llevado a sus animales a tomar agua al pozo y que había escuchado la conversación, en cuanto el joven se alejó le dijo al anciano:

- ¿Cómo puedes dar dos respuestas completamente diferentes a la misma pregunta hecha por dos personas?

- Mira - le respondió, cada uno lleva el universo en su corazón.

Quién no ha encontrado nada bueno en su pasado, tampoco lo encontrará aquí.

En cambio, aquel que tenía amigos en su ciudad, encontrará también aquí amigos leales y fieles.


Porque las personas son lo que encuentran en sí mismas.
Encuentran siempre lo que esperan encontrar.

Fuente: Cuento Sufi

El tesoro espiritual es un descubrimiento solitario

2 de noviembre de 2010
Todos los maestros dicen que el tesoro espiritual es un descubrimiento solitario.

¿Entonces por qué estamos juntos? -preguntó uno de los discípulos a Nasrudin, el maestro sufi.

Ustedes están juntos porque un bosque siempre es más fuerte que un árbol solitario -respondió Nasrudin-.
El bosque mantiene la humedad del aire, resiste mejor a un huracán, ayuda a que el suelo sea fértil.

-Pero lo que hace fuerte a un árbol es su raíz.
Y la raíz de una planta no puede ayudar a otra planta a crecer.

-Estar juntos en un mismo propósito, es dejar que cada uno crezca a su manera; éste es el camino de los que desean comulgar con Dios.

Cuento Sufí